Al igual que un actor, un cantante, un músico o un bailarín, un artista plástico expresa ideas, sentimientos y emociones que constituyen, antes que nada, una expresión de su ser y de su individualidad. En este artículo la autora explica por qué muestra en su obra un deseo de libertad, que es el fundamento de toda construcción cultural, y cómo se vive con especial viveza en países como Argelia, donde hay un claro déficit de medios para la emancipación de la juventud. Asimismo, se pone de manifiesto la necesidad de formular herramientas de reflexión y de reivindicación para luchar por la igualdad de género.
Arte, feminismo árabe, libertad, expresión, reivindicación, juventud.