Este artículo analiza la nueva situación creada en el Protectorado español de Marruecos después del advenimiento de la II República el 14 de abril de 1931. La nueva política de los gobernantes republicanos llevó a una serie de reformas administrativas, destinadas a aligerar y reducir la abultada burocracia, para agilizarla y hacerla menos gravosa para el erario público. Había también preocupación por moralizar el aparato administrativo y limpiarlo de corruptelas. Se trataba asimismo de definir con más precisión las funciones del alto comisario, que sería desde entonces un civil, al que quedaban subordinados los mandos militares. Pero los decretos promulgados por los sucesivos Gobiernos republicanos de 1931 a 1936 para mejorar y racionalizar la maquinaria administrativa, así como los planes de desarrollo de la zona para que fuera autosuficiente y su presupuesto dejara de ser deficitario, chocaron con la oposición de grupos de intereses y con la insuficiencia de medios.
Reformas, Protectorado, alto comisario, Azaña, decretos.