Este trabajo pretende explorar la importancia de conceptos relativamente innovadores en los estudios internacionales. Por un lado, el concepto de «regionalismo» como elemento emergente en la política internacional, tanto en su vertiente formalizada como en la de delimitación de un «complejo regional conflictivo», en este caso ubicado en Asia Central. Por otro lado, y contra una amplia corriente académica, el autor piensa que el caso afgano tiene escasa relación directa con Oriente Medio, que es otro «complejo regional conflictivo», excepto en relación al peso que ambos casos tienen en la política exterior de Estados Unidos. La lógica del conflicto afgano reside en su naturaleza asiática, su condición musulmana se sitúa en dicha variable, y las diferencias estructurales, históricas y de todo tipo entre Irak y Afganistán, refuerzan esta hipótesis. Por todo ello, el autor ha enfocado el trabajo en esta dirección: centralidad del caso afgano, importancia de la vinculación –pero no como factor exclusivo– con Pakistán, dimensión regional –Asia Central en los términos que se explican más adelante–, y por supuesto recurrencia histórica del caso.
Conflictos, regionalismo, Islam, Asia Central.